domingo, 20 de noviembre de 2011

EL CONSUMO COMO ADICCIÓN (G1)

María Guerra y María Alonso

La situación actual de nuestra sociedad de consumo está caracterizada por un desarrollo industrial vertiginoso. Arrastra una serie de problemas entre la que se encuentra la adicción al consumo.

El consumo es la acción y efecto de gastar bienes o servicios. La compra o acumulación de éstos, considerados no esenciales, ha dado lugar al concepto de consumismo, que es consecuencia de un consumo masivo, oniomanía. En inglés existe un término acuñado shopalcoholic para definir a este colectivo que intenta llenar un “vacío” con las compras.


Cada vez hay más personas que no pueden refrenar el impulso de obtener nuevos productos que no cubren ninguna necesidad útil. Esto, normalmente desencadena en una enfermedad por comprar que hace que el individuo no controle sus impulsos, llevándole a conductas compulsivas que perjudican su calidad de vida, es decir, una adicción. Según estudios una de cada tres personas en España tiene este problema. La mentira y el engaño son las armas que más utilizan no sólo con ellos mismos si no también con su familia y entorno.

Las personas con este tipo de problemas, como las de cualquier tipo de adicción, basan su felicidad en las compras, pero cuanto más compran, más necesitan. Culpan de su insatisfacción a las tarjetas y los créditos fáciles, excusándose en que sus compras son una inversión, una necesidad, un chollo... Las “víctimas” entran en un círculo vicioso en el que son felices al comprar pero cuando acaban se sienten mal y tienen que volver a gastar.

Algunas de las características comunes de estas personas son la inseguridad, la baja autoestima, el aburrimiento y la depresión.

Según un estudio realizado por el “American Journal Psychicatry” (Octubre 2006), las mujeres son más propensas a sufrir éste tipo de adicciones sin que se tenga en cuenta las variables sociales. Otra de las conclusiones fue que un 6% de la muestra elegida compraba compulsivamente de forma leve o moderada. El dato más significativo que obtuvieron fue que un 1,5% tenía un comportamiento grave frente a las compras por impulso.

Como toda adicción existen centros especializados en tratar esta enfermedad y ayudar tanto al afectado como a su familia.

Esta adicción es muy peligrosa ya que no deja marcas por lo que se debe tener especial cuidado. Como dice la protagonista de la película Confesiones de una compradora compulsiva, “se puede ser feliz con menos”. ¿Creéis que esto es verdad?

¿Realmente somos esclavos del consumo? O por el contrario ¿sólo estamos ante un modelo de vida actual completamente válido? ¿Consumir está de moda?

¿Pensáis que estamos educados al consumo o simplemente es el propio mercado el que nos influye e inculca cierto tipo de valores para consumir lo que ellos quieren? ¿Creéis que tenéis este tipo de problema? Podéis salir de dudas realizando este test del Centro de Asistencia Terapéutica de Barcelona

2 comentarios:

  1. Es curioso que nunca se cite el "consumismo" como una de las causas del endeudamiento de las familias españolas cuando se habla de las consecuencias de la crisis. Cuando uno no tiene para pagar las letras pero conduce un audi y cambia de móvil cada 6 meses, viste ropa nueva, sigue yendo de vacaciones... Como decían en el Club de la Lucha, "Tenemos trabajos que no nos gustan para comprar cosas que no necesitamos". La ironía es que, ahora que no tenemos trabajo, seguimos comprando cosas que no necesitamos, entre otras cosas porque desde el sistema se nos estimula desde pequeñitos para que lo hagamos. El consumo es un motor importante en la economía capitalista, el consumista, pues, es un gran combustible y aunque consumir compulsivamente sea una enfermedad, mientras sirva al sistema no va a estar, para nada, socialmente mal vista. ¡¡Así que consumid, consumid, malditos, hasta morir!! ;-)

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  2. Desde luego consumir no está mal visto, sino todo lo contrario. Y sí somos esclavos del consumo. Si se trata de oxígeno, si no consumimos aguantamos vivos un minuto o dos. Por fuerza somos esclavos de consumir oxígeno y agua y todo eso. Estas cosas son las que hacen que haya gente que hable de diferentes necesidades. Igual también tenemos la necesidad de no consumir, pero se nos ha olvidado.
    ¿Vosotras cuando habláis de la educación de los niños y de si se nos educa a consumir, a qué os referís? Txetun dice que es desde pequeñitos que el sistema nos condiciona. Puede ser, porque de niños somos mucho más inocentes. No tenemos barreras construidas.
    ¿Pero como habría que educar a los niños entonces?

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