domingo, 20 de noviembre de 2011

SOMOS LO QUE VESTIMOS (G1)

Jeniffer Zamorano y Silvia López

Desde que el mundo es mundo los individuos han intentado destacar unas de otros ya sea por medio de adornos o de ropas y ropajes. En la sociedad actual nos regimos por las grandes coleccione que sacan al mercado diferentes tiendas, muchas de ellas, grandes cadenas que venden por igual en todo el mundo. Cada temporada vemos un cambio radical en colores, formas...esto es así porque una vez que la moda ha cumplido la función de diferenciación de los individuos en una determinada etapa, se queda obsoleta y éstos deberán tender al cambio para implantar una nueva.

Cabe destacar a Braudillard, con su teoría de la prestación social y la significación, y a Bourdieu, el cual tiende a encasillar a los diferentes individuos según unas practicas u otras, las cuales están previamente encuadradas dentro de unos rangos u otros.

Ganar o perder en el mundo de la moda tiene mucho que ver con la exclusividad, a la que solo pueden acceder algunos sectores de la sociedad y con la anticipación, a la que que puede optar cualquier persona con gusto y educación para el consumo,en este caso de moda. Seguir una moda es pertenecer un grupo, es pertenecer a una sociedad de consumo.

Tendemos a consumir más y mejor, anteponiendo, incluso, nuestros gustos a lo que otros nos quieren vender.

Ahora nos preguntamos, si en una sociedad en la que no somos nada sino vamos a la moda, ¿podremos ser felices?, ¿podremos es calar en los diferentes estratos de la sociedad por medio de la moda? ¿se nos toma en cuenta de la misma manera? Definitivamente la respuesta es NO.

Esto es así porque a ninguno de nosotros nos afecta de la misma manera lo que nos diga una persona vestida de traje y corbata que lo que nos pueda decir una persona con cresta verde y aros en las orejas, con independencia del estatus que cada uno posea.




¿A qué renunciamos si no seguimos la moda?, ¿a la felicidad o a una inclusión social?.

En nuestra opinión, seguir a la masa nos conduce a ser demasiado iguales, considerarnos maniquíes cortados por el mismo patrón, sin capacidad de pensar o actuar por iniciativa propia y que por consiguiente nos llevará a una continua insatisfacción y a la infelicidad.

En definitiva, el debate queda abierto y sólo cabe esperar que en la sociedad en la que vivimos, consumista y manipuladora, por parte de unos pocos, encontremos una pincelada de color diferente y esperanzadora para construir una sociedad que deje a un lado el igualitarismo y la emulación y se centre más en la propia vivencia personal.

Incluimos un enlace a continuación para que veáis hasta que punto ha llegado el consumo y hasta donde “Somos lo que vestimos”.




Manual para el consumo responsable de ropa y complementos

3 comentarios:

  1. Cuando hablamos de seguir la moda, pensamos siempre en la moda de la mayoría, pero hay otras clases de modas que son minoritarias pero que la gente que las sigue lo hace con un mayor enfasis.
    La gente que sigue las modas minoritaris cree que consume productos exclusivos pero en realidad son los mismos que los consumidos por la gente que sigue esa moda.
    Bajo nuestro criterio de una forma u otra nadie se libra de seguir una moda.

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  2. Es cierto, nadie se libra de seguir la moda, pero que es mas importante, seguir la moda en general, o seguir tu propia moda, es a esto a lo que nos referimos en nuestra entrada.

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  3. Bajo mi punto de vista, en la sociedad actual estamos totalmente influidos por la moda. A pesar de que seamos conscientes que estamos manipulados, seguimos consumiendo, ya sea por los valores con los que nos han creado o por el mero hecho de pertenecer a un grupo.
    Me gustaría destacar como las grandes empresas aprovechan este hecho, para cambiar la moda de repente, obligando a consumir todas las temporadas, si la persona quiere seguir dentro de su grupo de pertenencia.
    Da igual cuantas camisetas, pantalones, zapatos tengas, tanto de verano como de invierno. En cada cambio de estación estas “obligado” adquirir la moda preferente del momento actual.

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